El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, participó este lunes de la misa de despedida al papa Francisco, celebrada en la Catedral Inmaculada Concepción de La Plata.

El homenaje coincidió con la celebración de la Pascua de Resurrección, y reunió a autoridades políticas, religiosas y fieles conmovidos por el fallecimiento del Sumo Pontífice, ocurrido en Roma a los 88 años.
“A nivel internacional, el Papa era una voz que se oía muy fuerte y deja un vacío muy grande. A todos los que creemos en esas ideas, nos deja una tarea inmensa que es honrar el legado”, expresó Kicillof, visiblemente conmovido. El mandatario recordó la impronta humanitaria de Francisco y su valentía al enfrentar poderes e ideas a escala global, incluso desde su lugar profundamente identificado con la tradición católica.
Durante la ceremonia, presidida por el arzobispo de La Plata, Gustavo Carrara, se evocó con emoción el compromiso pastoral de Francisco. “Francisco nos enseñó la ternura con los frágiles, la misericordia con los que están rotos, pero firmeza con aquellos que se abusan de los más frágiles. Ternura y firmeza brotan de ese evangelio”, señaló Carrara, quien además llamó a los fieles a “trabajar para que su legado no se pierda”.
La misa fue acompañada por el intendente platense Julio Alak y parte del gabinete bonaerense, y tuvo un fuerte tono emocional, tanto por la figura recordada como por el simbolismo del día litúrgico.
El jefe comunal de la capital bonaerense expresó: “La ciudad está conmovida”, y añadió que se trata de “un día de enorme tristeza y dolor por la pérdida del máximo líder espiritual del mundo, que ha luchado contra los factores del poder, por la justicia social y por la paz”. Más temprano, Alak también había manifestado su pesar en redes sociales, al destacar que el pontífice “se puso siempre al servicio de los humildes y de la paz, ofreciendo su vida entera, su palabra firme y su corazón generoso”.
Kicillof compartió también una anécdota íntima de su encuentro con Francisco en el Vaticano, en junio del año pasado. “Después de la visita formal me invitó a su casa y estuvimos charlando un rato largo. Más allá de lo que uno tenga, es el Papa y es único. Él sabía bajar a niveles de cercanía”, recordó


