Los jefes sindicales fueron recibidos por Guillermo Francos. La reglamentación de la reforma laboral, la marcha universitaria y el futuro de la ley de “democracia sindical”, en la mesa de negociación.

En un contexto político caldeado, que tiene como telón de fondo la marcha universitaria y el paro general de transporte proyectado para el próximo 17 de octubre, el Gobierno recibió este lunes a los dirigentes de la Confederación General del Trabajo (CGT).

Tras el encuentro, tanto desde fuentes oficiales como desde el sindicalismo se rescató la importancia de tener un contacto directo y quedó la impresión de que ambas partes se encaminan hacia un diálogo más permanente que permita superar los enfrentamientos que se vienen sucediendo entre el oficialismo y los sindicatos.

En la Casa Rosada y a partir de las 17 horas de este lunes, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; junto con el secretario de Trabajo, Julio Cordero; y el asesor presidencial, Santiago Caputo, mantuvieron una reunión con una comitiva de la CGT encabezada por los secretarios generales de la central obrera, Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (Sindicato de Obreros de Estaciones de Servicio (SOESGyPE).

En el encuentro acordaron conformar una mesa tripartita (Gobierno, CGT y empresariado) para avanzar con diversos temas de la agenda laboral, así como la participación de representantes de la CGT en la conformación del Consejo de Mayo y avanzar con distintos aspectos de la reforma laboral.

La reunión se llevó a cabo en el Salón de los Escudos. Del encuentro también participaron el asesor de la secretaría de Trabajo, Guillermo Comadira y estuvieron presentes, por la CGT, Jorge Sola (Sindicato del Seguro); Andrés Rodríguez (UPCN); Gerardo Martínez (UOCRA); José Luis Lingeri (Obras Sanitarias); Cristian Gerónimo (Sindicato de Empleados de la Industria del Vidrio y Afines, Seivara); Robustiano Geneiro (UTHGRA); Maia Volcovinsky (UEJN); Luz Marina Jaureguiberry (SADOP); Sergio Romero (UDA); Roberto Fernández (UTA); y Daniel Ricci (FEDUN). No se hizo presente Moyano, quien mantiene su postura de no dialogar con el Gobierno.