El sospechoso, identificado como Julio César Arias, fue arrestado durante un operativo en González Catán. Estaba prófugo con alerta roja de Interpol por tráfico de drogas.

La causa por el asesinato de Vanesa Lachmañuk, de 28 años, y Aylen Benítez Medina, de 14, cuyos cuerpos aparecieron en el río Matanza en septiembre del año pasado, desembocó en una investigación paralela sobre una banda narco que controlaba el tráfico de drogas en una amplia zona del partido.
En ese marco, ya habían sido detenidas varias personas por comercialización de drogas. En las últimas horas, cayó un nuevo sospechoso.
Según informaron fuentes policiales, el nuevo detenido fue identificado como Julio César Arias, conocido en la zona por el apodo de “Julito” y apuntado por los investigadores como uno de los integrantes de la organización criminal señalada como responsable del doble homicidio de las jóvenes.
Su arresto se concretó este martes por la noche, tras un operativo encubierto en las calles de la mencionada localidad del partido.
Arias tenía un pedido de captura nacional e internacional, con alerta roja de Interpol, por infracción a la ley de drogas. Detectives de la DDI de La Matanza lo buscaban desde hacía seis meses.
Durante el seguimiento, los agentes detectaron que se movía dentro de un radio reducido en horas nocturnas. A partir del análisis de antenas telefónicas y movimientos de tarjetas SIM asociadas a IMEI ya monitoreados, establecieron una nueva línea activa.
Con esos datos, inspeccionaron la zona hasta que lo identificaron cuando caminaba por la calle Llerena hacia Céspedes. Fue detenido sin ofrecer resistencia.
El nombre de Arias había surgido durante las primeras etapas de la investigación, cuando los policías que buscaban a las dos mujeres desaparecidas fueron atacados a tiros en un descampado ubicado en la zona de Risso Patrón y la vera del río Matanza.
A partir de ese hecho, se destapó una estructura dedicada al narcomenudeo y asentada en el área, con dominio en las zonas de Risso Patrón, Calderón de la Barca y el arroyo Don Mario.
La banda tenía un funcionamiento con puntos fijos de venta protegidos por soldaditos armados, anillos de alerta y vecinos amenazados que actuaban como aguantaderos.
Días después del ataque a la Policía, la Justicia ordenó una serie de allanamientos en las cercanías del río que terminaron con la detención de tres hombres: Lucas Ezequiel Romero, alias “El Colo”, Alan Almada Benítez y Carlos Waldir Ávalos.
En esos operativos, además, las autoridades secuestraron casi 6.000 dosis de estupefacientes listas para la venta, además de armas de fuego, municiones y elementos de fraccionamiento.
La investigación reveló que los detenidos formaban parte de una red que operaba en la zona conocida como “la Triple Frontera” de La Matanza, un área donde convergen Laferrere, Ciudad Evita y Ezeiza, históricamente afectada por el narcotráfico.
“El Colo” fue identificado como el hombre que disparó contra los policías que buscaban a las mujeres asesinadas.
El testimonio de uno de los detenidos fue clave para orientar la causa hacia el homicidio. Según se pudo saber, durante su declaración mencionó que Vanesa y Aylén -quienes tenían antecedentes de consumo problemático- fueron asesinadas por otro integrante de la banda, apodado “Pancuca”, en medio de una discusión ocurrida durante una venta de drogas.
También dio indicaciones del lugar donde se encontrarían los cuerpos.
Así, las víctimas fueron halladas en las aguas del río el 11 de septiembre de 2024, tras dos semanas de búsqueda. Vanesa había recibido un disparo en la cabeza, mientras que Ayelén fue ejecutada con tres tiros en el cráneo. Según los informes forenses, ambas habrían sido asesinadas el mismo día de su desaparición: el 28 de agosto de ese año.
La hipótesis principal sostiene que eran clientas de la banda y habrían sido ejecutadas en el contexto de una transacción fallida, tal como sostuvo el detenido que colaboró con los investigadores.
La investigación siguió y el próximo en caer fue “Pancuca”. Se trata de Hugo Steven Palacios Britez, de 25 años, señalado por varios de los detenidos como el jefe de la organización.
Lo atraparon a fines de diciembre pasado, junto a su pareja y a un remisero de 70 años acusado de colaborar en el traslado de un herido baleado de la banda.
En esos allanamientos se halló más drogas: se secuestraron casi 3.400 dosis de pasta base y más de 3 kilos de flores de marihuana, además de balanzas de precisión, un chaleco antibalas, un uniforme policial y armas de distintos calibres.
En la causa interviene la Unidad de Homicidios local, a cargo del fiscal Adrián Arribas. Con la detención de “Julito”, ya son cinco los sospechosos arrestados con vínculos directos con el funcionamiento de la organización narco. No se descartan que haya más.