La vicegobernadora Verónica Magario se hizo eco de las palabras del Arzobispo Jorge García Cuerva en el Tedeum, quien había marcado la “falta del termómetro social de saber lo que viven los argentinos de a pie”.
El arzobispo de Buenos Aires, Jorge Ignacio García Cuerva, brindó ayer un discurso frente a Javier Milei y la cúpula del Gobierno en la Catedral de la Ciudad en el marco de las celebraciones por el 9 de Julio: “O somos hermanos o se viene todo abajo”.
Por su parte, la ex jefa comunal se hizo eco de la homilía brindada por García Cuerva.
“Llegan profundo las palabras del Arzobispo Jorge García Cuerva en el Tedeum: ´A muchos les falta el termómetro social de saber lo que viven los argentinos de a pie´. Está claro que esa es la razón de las políticas insensibles que se están aplicando”, expresó Magario.
“En su homilía, monseñor Cuerva expuso la cruda realidad que sufren las familias argentinas. Conmueven sus palabras al pedir que podamos ´vivir la libertad´ sin odio”, agregó.
“Que sea una guía su reflexión: ´Como decía el Papa Francisco: hoy no hay tiempo para la indiferencia. No nos podemos lavar las manos con la distancia, con la prescindencia, con el menosprecio. O somos hermanos o se viene todo abajo´”, cerró en su mensaje la exintendenta.
García Cuerva expresó unas palabras direccionadas hacia la dirigencia política e hizo referencia al pueblo trabajador: “Porque algo no está bien cuando tenemos dirigentes muy ricos y un pueblo trabajador muy pobre”.
Es en este marco que invitó “a todos los presentes a rezar todos juntos por el país. Construir la fraternidad, mirarnos a los ojos y sentirnos hermanos, forjar la unidad entre los argentinos más allá de las diferencias, nadie es prescindible, nadie es descartable”.