El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea, participó del encuentro llevado adelante por el Obispado de San Justo, que congregó a la Iglesia y sus barriadas, con distintos actores judiciales, políticos e institucionales.
Esta mañana en el polideportivo Papa Francisco, en la localidad de Ciudad Evita, una multitud acompañó a pesar del frío este encuentro denominado “Diálogo entre la Justicia y las periferias”, en el que confluyeron diferentes sectores para abordar y trabajar frente al narcotráfico y las distintas problemáticas que acechan en nuestros barrios.
Quien dio inicio a la jornada fue el obispo de San Justo, monseñor Eduardo García, el cual marcó “que en lugares tan a la buena de Dios”, “tan abandonados, con falta de trabajo, de una manera casi simétrica crece a su lado el narcotráfico como un Estado paralelo”, y agregó: “Esta realidad no solo afecta a los involucrados, sino afecta a las familias, a los jóvenes y a los chicos. Esto se va cobrando vidas”.
“Esta es una realidad que vivimos día a día y que desde algunos años, con un esfuerzo enorme de la comunidad, si de la comunidad, se ha comenzado a tratar, a tratar de revertir. La comunidad, con la ausencia del Estado, pero las ganas de salir adelante fue creando dentro de este espacio en el que nos encontramos, que hace algunos años era un basural. Esto es un esfuerzo de la comunidad que junto con la Iglesia se ha puesto al hombro la realidad”.
“Frente a este milagro de la comunidad que se organiza, que tira para delante y que cumple el rol que muchos tienen que cumplir, sentimos una soledad y una indefensión muy grande”, sentenció García.
Del encuentro participaron además el Procurador General de la Provincia de Buenos Aires, Julio Contegrand; el Rector de la Universidad Nacional de La Matanza, Daniel Martínez; la Jueza de la Cámara de Casación bonaerense, Ángela Ledesma; el diputado y recientemente electo vicepresidente del Consejo de la Magistratura, Facunda Tignanelli; la defensora de los Derechos de los Niños, Marisa Graham; y Alejandro Slokar, presidente de la Cámara Federal de Casación; entre otros.
Los comedores de la comunidad de San José reparten más de 18.000 porciones de comida por día, además de los 1.600 niños, jóvenes y adultos, ancianos y discapacitados que viven en los Hogares de Cristo. Además de los 1.000 niños y niñas que albergan las Casitas de la Niñez.
Así también, la escuela secundaria, que tiene más de 800 alumnos; y los cursos de capacitación, terciarios y profesorados que cuentan con más de 2.000 adultos que se capacitan día a día.
Por su parte, monseñor Oscar Ojea señaló la importancia del encuentro y de que cada sector pudo “escucharse” y “escuchar”.
“Esta reunión, que fue fruto de una inquietud de magistrados que se acercaron y nos dijeron nosotros queremos escucharlos, y yo vi en ellos un deseo vocacional de servir a través de la Justicia, pero tomando contacto cercano con lugares en donde verdaderamente se vive de forma profunda la vulnerabilidad”.
“Hemos visto y escuchado la fuerza de una comunidad, una comunidad que tiene anticuerpos que hacen posible que se puedan defender de una cantidad de males, cultivando la fraternidad, cultivando el amor del prójimo”.
Junto a Ojea y García, el panel estuvo compuesto por algunos de los representantes del proyecto San José, quienes contaron a la audiencia su historia de vida, de superación, y de su obra diaria dentro de la comunidad.
“Yo diría simplemente, hoy hemos escuchado un grito. Acompáñennos, no nos dejen solos. Somos familia, pero los necesitamos como familia. Es el grito que tenemos que llevarnos hoy para desde nuestra vocación, desde nuestro lugar, intentar transformar la realidad como la han transformado ellos”, concluyó Ojea.