Los obispos que participaron esta semana de la 124° Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina, entre ellos el obispo de San Justo, Eduardo García, animan a “amar a los demás y alegrar sus vidas”, en tiempos que definen como difíciles para el país.
En el mensaje al pueblo de Dios, difundido desde la casa de ejercicios “El Cenáculo”, de Pilar, citan a san Alberto Hurtado, quien proponía: “En tiempos difíciles no nos tenemos que cansar de amar a los demás y de alegrar sus vidas”.
Asimismo, describen situaciones que atentan contra la dignidad infinita de la persona humana: “la pandemia silenciosa del narcotráfico”, los padecimientos de los jubilados, el cierre de comedores comunitarios, “la vida inocente que no ha nacido y, a la vez, la igualmente sagrada vida de millones de niños y niñas ya nacidos que se debaten entre la miseria y la marginación”, y la desocupación, entre otras.
“En el actual contexto económico y social argentino, es fundamental sostenernos en esa alegría, una alegría profunda y duradera, la que nace del encuentro con el Señor. Es una alegría que nos libera de la desesperanza y del desaliento, evitando transformarnos en profetas de calamidades que sólo desparraman pánico y angustia”, sostienen.
Los obispos expresan, además, su convencimiento de que “el amor, con gestos concretos y la alegría son el anuncio más explícito del Evangelio en una sociedad que parece vivir en el constante enfrentamiento, donde priman el individualismo y una libertad sin amor”.
“Que la Virgen María, que sigue al pie de las cruces de tantos hermanos, nos conceda la fortaleza, la solidaridad, el compromiso y la alegría que necesitamos para seguir esperando contra toda esperanza”, concluyen.