Vuelve a estar presente la posibilidad de un paro de colectivos en el conurbano, luego de que se suspendiera la audiencia entre las cámaras empresarias y el gremio de la UTA prevista para este jueves.
De momento, no hubo avances respecto a la suba de tarifas ni el reparto de subsidios por parte del Gobierno, por lo que se decidió suspender el encuentro y reprogramarlo para el próximo martes 21.
La negociación, que tiene como telón de fondo los salarios de los colectiveros y el reparto de subsidios a las empresas, se repite mes a mes, a medida que se acerca el pago de los sueldos.
A fines de abril, la Unión Tranviarios Automotor (UTA) y las cámaras empresariales finalmente arribaron a un acuerdo salarial, y finalmente se suspendió el paro de colectivos.
La negociación estaba trabada en una diferencia de $250.000 que desde la UTA dan por reconocida y homologada en la última paritaria y las cámaras aseguran que aquello es el pago de una suma no remunerativa por única vez.
Finalmente, se lograron acercar posiciones, y la posibilidad de una medida de fuerza quedó desactivada.
Como parte del acuerdo, el sector patronal abonará dos cuotas de $250.000 a cobrar en mayo y en junio.
El sindicato conducido por Roberto Fernández pretendía que les reconocieran a más de 50.000 choferes un salario básico mensual de al menos $ 987.000, un acuerdo en paritarias que implicaría una mejora de 83% trimestral en marzo frente a diciembre, y que le gana por 32 puntos a la inflación, muy por encima de lo que el Gobierno busca convalidar.
La estructura de costos reconocida por la Resolución 15/2024 de la Secretaría de Transporte solamente autoriza a las empresas a pagar $ 737.000 a los choferes o poner la diferencia de su bolsillo.
El vicepresidente de la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (AAETA), Luciano Fusaro, advirtió tras la reunión que el conflicto con la UTA “se soluciona con los subsidios o el aumento de tarifas”.
Fusaro explicó que el acuerdo logrado con el sindicato fue “para evitar un conflicto y que este jueves haya paro de colectivos” y de esa manera “ganar tiempo para seguir negociando”.
En el Ministerio de Economía, del que depende la Secretaría de Transporte, Luis Caputo es reacio a otro aumento de las tarifas de los colectivos (después de un 410% de incremento entre enero y febrero) por su posible impacto en la inflación. Sin embargo, habilitó una suba del 54% en los trenes del AMBA para mayo.
Caputo tampoco está dispuesto a convalidar un mayor gasto público en subsidios al transporte, que podría complicar la meta de alcanzar un superávit primario fiscal equivalente a 2% del Producto Interno Bruto (PIB) a fin de año, con equilibrio financiero tras el pago de intereses de la deuda.
A falta de ajuste por precios, vendrá el ajuste por cantidades.
En el sector advierten que si no hay una nueva estructura de costos que reconozca correctamente los precios de los salarios, el combustible (gasoil) y los insumos, las empresas dueñas de los colectivos empezarán a bajar más notoriamente las frecuencias. En marzo, esa reducción fue del 5% interanual. Si se amplía la mirada a 2015, un año en el que la estructura de costos “era correcta” -según fuentes del sector-, la brecha es del 16%.
Según la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (AAETA) -la cámara en la que pesa el grupo Metropol, el segundo más importante del AMBA detrás de DOTA-, en marzo el precio “real” de un boleto debió haber sido de $ 1.198.
Los pasajeros cubrieron con las tarifas un mínimo de $ 270 – pero un promedio más bajo, por los descuentos integrados-; y el Estado, con subsidios, otros $ 354 para llegar a $ 624 reconocidos.
La diferencia, de $ 574, fue a “pérdida” de las empresas, que ajustan frecuencias, unidades, extienden la renovación del parque en años de antigüedad y disminuyen la seguridad del servicio. Son casi $ 93.000 millones mensuales que no están reconocidos por el Estado.
Una salida que podría tomar el Gobierno es correr de atrás al aumento del subte, que en junio pasará a costar $ 757. En ese momento, la Nación podría definir ajustar las tarifas de colectivos para que se achique esa brecha y sostener el sistema unos meses más.