Una mujer que pertenecía a la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas local, fue hallada muerta con un disparo en la cabeza, en circunstancias que la justicia intenta esclarecer tras una discusión con su pareja, también efectivo policial.
En medio de versiones cruzadas y por motivos que todavía se investigan, el policía resultó herido de un balazo por la espalda y la joven muerta con un tiro en la cabeza.
La víctima fatal del violento episodio ocurrido pasadas las 6 de la mañana del domingo 14 se llamaba Sabrina Silva, una joven policía de 23 años que pertenecía a la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI) de La Matanza.
El testimonio de la pareja de Silva, Santiago Nicolás Iriarte, fue clave para empezar a reconstruir lo ocurrido. Según su declaración, la pelea se desató esa noche cuando le planteó a ella que quería terminar la relación.
Siempre según la versión de Iriarte, la violencia verbal escaló hasta que Silva tomó su arma reglamentaria y le disparó a él por la espalda.
Afortunadamente, el proyectil le atravesó el omóplato izquierdo sin dañar ningún órgano vital. En este punto es que dividen las versiones que ahora investiga la Justicia.
La mujer tuvo apenas unas horas de sobrevida y falleció sin que los médicos pudieran hacer nada para salvarla.
De todos modos, el fiscal Matías Folino, de la Fiscalía Temática de Homicidios de La Matanza, dispuso la realización de la autopsia y que las pericias sean realizadas por personal de Gendarmería Nacional por estar involucrada una agente de la Bonaerense, a la que apartó de la investigación por protocolo.
El fiscal Folino determinó de entrada que el caso sea abordado con los protocolos de violencia de género vigentes en la provincia de Buenos Aires bajo la carátula de averiguación de causales de muerte.
El funcionario dispuso, entre otras medidas, el secuestro del arma de fuego de la agente fallecida, de ambos celulares y pericias planimétricas en la vivienda para cotejar si la versión es conteste con la dirección de los proyectiles. Hasta el momento, la mamá de Iriarte y un hermano menor de edad son testigos en la causa.
La familia de Silva, mientras tanto, no acepta la versión del suicidio. A través de un allegado asegura que el rostro de ella estaba “totalmente desfigurado” y que el disparo le ingresó por detrás de la oreja de manera cruzada. Además, indicaron que el propio Iriarte está también lastimado, más allá del balazo.
En el mismo sentido, destacó que además del disparo Iriarte estaba lastimado, lo que podría ser indicio de que Silva hubiera intentado defenderse de un ataque.