Un jurado popular resolvió la culpabilidad del agente policial por el crimen de Lucas Ramón Acosta, ocurrido a principios de 2024.
El juicio por jurados contra el efectivo policial Federico Gabriel Schinini por el crimen de Lucas Ramón Acosta ocurrido el 4 de enero de este año ya tiene veredicto.
Tras tres jornadas de audiencia, los 12 miembros consideraron que el entonces sargento de la Policía bonaerense fue el culpable de esa muerte, pero por excederse en su intención de cumplir con el deber para el cual fue formado.
El juez Matías Mariano Deane, del Tribunal Oral Criminal Nº 5 local, fue quien llevó adelante el debate con los testimonios y las evidencias que se expusieron a lo largo de las jornadas. Concluido cada relato, las presentaciones de las pruebas y los alegatos, el magistrado fue quien detalló las siete alternativas que tenían frente a sí a ser evaluadas por el jurado.
Lo planteado por el fiscal del juicio, Sergio Antin, y la querella que representaba a la familia de la víctima fue que se trató de un homicidio calificado por abuso funcional de utilización de un arma de fuego, cuya pena en expectativa es prisión perpetua.
La defensa del policía, en tanto, planteó que fue un homicidio culposo, es decir, que no tuvo intenciones de matar y lo hizo por imprudencia o negligencia; exceso en la legítima defensa; o exceso en la actividad funcional, o como se lo conoce: en el cumplimiento del deber.
Tras dos horas y media de deliberación, el jurado llegó al veredicto: culpabilidad para con Schinini, aunque hubo acuerdo total en que se trató de un homicidio en exceso del cumplimiento de su labor funcional. Ese delito tiene una condena infinitamente menor: de seis meses a cinco años, aunque ya no podrá ser policía.
El hecho ocurrió sobre la calle Alicante al 4300, entre Peribebuy y Deseado del barrio San Alberto de Isidro Casanova, y que el funcionario policial se sumó a la persecución de una camioneta Ford EcoSport blanca que escapaba de los móviles que la perseguían.
El rodado terminó impactando de frente contra un patrullero que le cerró el paso y, tras el impacto, uno de los uniformados le disparó al conductor, balazo que le provocó la muerte.
Acosta no tenía armas y nunca quedó claro por qué escapó en la persecución. Lo que sí se supo es que a esa camioneta la Policía la siguió porque horas antes un vehículo similar había estado involucrado en varios robos tipo piraña cometidos en cadena. Y que la evidencia que se encontró en el rodado fue plantada por otro efectivo policial, que ya fue condenado en juicio abreviado.
Anteriormente hubo otros 12 policías que ya fueron condenados por su participación en la persecución mortal y por plantarle el arma a la víctima. En todos los casos aceptaron un juicio abreviado y evitaron ir a la cárcel, aunque también quedaron exonerados de la fuerza.
Se trata de Agustina Ayelén Lomma, Alfredo Javier Alderete, Daniel Antonio Loira, Norma Margarita Vegas, Alexander Natanael Suárez, Aurelia Elizabeth Ottone, Verónica Cristina Fernández, José Daniel Sequeira y Brisa Daiana Pérez, quienes recibieron una condena de dos años de prisión en suspenso por encubrimiento calificado por ser un delito anterior especialmente grave.