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CROMAÑÓN 20 AÑOS: “Lo que a mí más me dolió de la banda fue que en un punto nos dejaron de lado”

José Zamudio, sobreviviente de una de las tragedias más desgarradoras que vivió nuestro país, nos contó sobre esa noche, la pérdida de su hermano y el después.

Por Giuliana Caivano

Fotografía: José Luis Corvalán

El 30 de diciembre de 2004, Argentina vivió una de las tragedias más desgarradoras de su historia reciente tras el incendio del boliche República Cromañón, que acabó con la vida de más de 194 personas.

La tragedia se desató cuando una bengala prendida por un fanático incendió el techo del lugar, cubierto por materiales inflamables. La humareda tóxica se expandió rápidamente, atrapando a cientos de personas en una sala que no estaba preparada para enfrentar una emergencia de esa magnitud. Las puertas de salida se encontraban cerradas y el caos se apoderó de un espacio en el que cada segundo se convertía en una lucha desesperada por sobrevivir.

A 20 años, el reclamo por justicia se escucha más fuerte que nunca, ante la impunidad y la falta de responsabilidad estatal.

Con el objetivo de mantener viva la memoria de las víctimas, estar junto a los sobrevivientes y sus familias, desde Almafuerte Noticias llevamos adelante esta serie de entrevistas.

José Zamudio, quien en ese momento tenía 25 años, comenzaba su viaje hacia el recital aquella noche.

Desde el barrio 17 de Marzo hacia República de Cromañón en Once, José junto con su hermano Hugo Alejandro Zamudio, su esposa María Eugenia y sus amigos, viajaron en el colectivo 180 para ver a Callejeros.

José recordó que aquella noche, su hermano y sus amigos decidieron entrar a ver la banda soporte, Ojos Locos, sin embargo, él y María Eugenia, prefirieron entrar un poco más tarde porque tal como contó, a su compañera no le agradaban demasiado los espacios cerrados y tan masivos.

Lo que no sabían hasta ese momento, es que esa decisión iba a ser la que marcaría su destino y el de Hugo Zamudio y algunos de sus amigos. 

CROMAÑÓN

“Nosotros éramos un grupo de 13 y de ellos fallecieron 4 chicos del barrio, entre ellos mi hermano, Hugo Alejandro Zamudio, un año y medio mayor que yo. Por alguna razón de la vida, cuando estábamos en la fila con los pibes les dije que yo me iba a quedar con ella y después, en alguna canción iba para adelante con ellos. Me acuerdo que fue la última vez que hablé con mi hermano, que me hizo un chiste por quedarme con mi señora atrás”, recordó con una sonrisa.

El sobreviviente remarcó que muchas de las personas que fueron, buscaban compartir un momento con familia y amigos, despedir el año viendo a Callejeros. Sin embargo, ese deseo quedó muy lejos de lo que terminó sucediendo.

“Todo ocurrió en la primera canción, habrán pasado dos minutos desde que arrancaron a tocar, y nosotros al estar ahí en la cabina de sonido, yo veo que impacta algo en el en el techo y se empieza a abrir, así como cuando quemas con el pucho un plástico. De todos los que estábamos ahí, algunos pensaban que se apagaba, otros que no se apagaba y empezaron a querer salir”, detalló José.

“Ahí fue cuando en la primera avalancha que sale nosotros ya nos vemos cerca del portón y salimos. Cuando salimos con María Eugenia, éramos de los primeros porque no había nadie en la calle. Y tampoco pensamos que iba a ser algo tan grave”. 

Pero sí que era grave, y al tomar dimensión de lo que estaba sucediendo y al ver que su hermano y sus amigos no salían por sus propios medios, José añadió: “me puse la remera tapándome la nariz y entré, así como entraron un montón de personas”.

“A los minutos nos encontramos con Carolina, una sobreviviente del barrio que me dice que llamemos a nuestras casas para avisar. Yo le dije que no, que encontrábamos a todos y volvíamos para casa”.

Pese a que José no consideró necesario llamar a sus padres para no preocuparlos, alrededor de la 1 de la madrugada, ya estaba su papá, su tío y unos amigos más, que se habían enterado porque Carolina decidió llamar y fueron ellos los que empezaron la recorrida por los hospitales.

“Era todo un caos, cada vez que mi papá y mi tío hacían recorridas, nosotros nos quedábamos esperando noticias en la esquina de Plaza Once, porque no solamente faltaba mi hermano, sino que faltaban mis amigos y muchísimos pibes más”.

SU FAMILIA

“A eso de las 6 de la mañana, mi papá dice bueno vamos a arrancar de nuevo. Volvieron a los a los 20 minutos aproximadamente, siendo que las otras recorridas habían tardado más de una hora y media. Cuando viene mi papá, abre la puerta del auto, apoya el brazo, se agarra la cabeza y ahí supimos que no traía buenas noticias. Mi papá se acerca y abraza a mamá y le dice que nos había dejado Hugo”. 

Su hermano Hugo, tenía tan solo 26 años cuando perdió la vida en Cromañón. Su familia y su hijo ´Arielito´ de 4 años en aquel momento, perdieron a una persona muy querida. Automáticamente, José quiso mencionar que lo único que les sirvió de ayuda a partir de esa noche, fue comenzar por juntarse con otros familiares y sobrevivientes que habían pasado por lo mismo”.

“Después de Cromañón, a la semana ya estábamos en la calle, primero era la marcha los jueves que después ya era mensual y mensual duró diez años, y después estuvimos en los juicios para la destitución de Aníbal Ibarra (jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires)”.

“Mi familia quedó quebrada por la mitad, creo que hasta el día de hoy. Y me pregunto ¿Qué será eso de hacer el duelo?; Somos una familia muy numerosa y también siempre tratamos de estar todos juntos, todos unidos”.

El sobreviviente matancero remarcó que la falta de su hermano, hasta el día de hoy le duele. “A veces me levanto y empiezo llorando el día y después, al ratito, me acuerdo de alguna cosa linda que pasamos y mejoro bastante. Se aprende a vivir con el dolor”.

LA PLAZA

A meses de la tragedia, en el año 2005, José comentó que junto con vecinos y vecinas del barrio 17 de Marzo, se acercaron a conversar con Alfredo Moffatt, psicólogo social, con el objetivo de construir un espacio de memoria. 

“Creo que fue uno de los homenajes más lindos. La plaza que empezamos con Alfredo, no solo surgió para que sea del barrio sino que también nos contuvo a muchos de los familiares y sobrevivientes. Porque ahí nos juntamos durante años, todos los domingos, a laburar con los vecinos, con los amigos, los sobrevivientes y nuestras familias”.

LA SERIE

Al preguntarle a José qué pensaba de la serie, si la había podido ver y qué sensaciones le generó, enseguida respondió que no tuvo el valor de verla. Sin embargo, se ocupó en buscar las críticas e informarse sobre cómo trataron el tema.

“Sé que generó mucho, en lo que es el gran universo de Cromañón para los familiares y algunos sobrevivientes, y al leer las críticas hubo un poco de enojo porque a todos los pibes se los mostró fumando y tomando. Entiendo que es una ficción, y que mi hermano y mis amigos no eran así, mi hermano era un padre de familia, un pibe que trabajaba en una panadería, estaba junto con su señora y tenía un hijo de 4 años”. 

“Derlis, uno de los chicos que fue con nosotros, hacía un año y medio que la hermana estaba internada por una mala praxis, porque de una operación programada, termina en estado vegetativo. Él es estudiaba el profesorado de historia en el Joaquín B. González y tenía 19 años, y se ocupaba a cuidar a su hermana y a estudiar”.

“Después está Antonio López, otro de los chicos, que muy recientemente lo habían echado de su trabajo, pero en ese trabajo había estado 8 años”.

“También está la historia de Alicia, una chica de una familia muy trabajadora, que trabajaba en un taller de costura. Con todos estos ejemplos, lo que quiero decir, es que había mucho por mostrar. ¿No eran historias como esas las que estarían buenas que se cuenten?” se preguntó.

“Pero también hay que reconocer, que según las críticas, lo que pasa esa noche fue muy real, y a veces pasa que algunos preguntan: ¿Qué pasó esa noche en Cromañón?, bueno, ahora tenemos la serie, ahí vas a ver lo que pasó”.

Como última reflexión en lo que respecta a su experiencia y la serie, también notó como un aspecto positivo que hayan mostrado el después de los sobrevivientes y que es muy importante que a 20 años de Cromañón, pone el tema en boca de muchas personas nuevamente.

TRAGEDIA EVITABLE

“Justamente la tragedia es algo que ocurre y esto se podría haber evitado. Nosotros siempre apuntamos al Gobierno de La Ciudad, como mayor responsable en ese momento, sobretodo el jefe de gobierno, Aníbal Ibarra, porque en los juicios se comprobó que tuvo muchas alertas y denuncias de los vecinos y nunca controló nada”.

“Pero fueron muchos los que tuvieron su cuota de responsabilidad, por ejemplo, después de Cromañón, se dieron cuenta de que había mucha corrupción y que los bomberos también hicieron la vista gorda, porque habilitaron el lugar”.

CALLEJEROS

“Lo que a mí más me dolió de la banda, fue que en un punto nos dejaron de lado. Siento que ellos lo primero que hicieron fue tratan de cuidarse a sí mismos. Y también, me dolió el querer tocar a cualquier precio y en cualquier lado”.

El sobreviviente reflexionó diciendo que no sintió que desde el equipo de Callejeros se hayan acercado para ponerse a disposición de su público. Sin embargo, añadió que de alguna forma, considera que “pagaron” por su parte de culpabilidad.

ESPACIO DE LA MEMORIA

“Hace un par de semanas tuvimos que volver a recorrer el Congreso Nacional, por el proyecto de la expropiación del lugar, que se votó en el 2022, para que Cromañón sea un espacio de memoria. Se logró sí, pero en Argentina las leyes de expropiación si no avanzan en una primera instancia, a los 2 años caducan. Para que eso no suceda, los familiares y sobrevivientes nos volvimos a reunir con diputados, con senadores y se logró la prórroga”.

En el final, José Zamudio, recordó que el próximo 30 de diciembre, estarán marchando desde Plaza de Mayo, hasta el Santuario de Once. Tal como agregó, el objetivo siempre es el mismo, que la memoria de los más de 194 “pibes y pibas esté siempre presente”.

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