La Sala I de la Cámara Federal de Apelaciones de San Martín confirmó el procesamiento de María Belén Casal Gatto, acusada de beneficiar al capo narco Nicolás Nahuel Guimil, más conocido como “Chaki Chan”, cuando estaba al frente de la UFI N°2 de Gregorio de Laferrere.

El nuevo fallo, que lleva la firma de los camaristas Marcelo Fernández, Juan Pablo Salas, Marcos Morán y el prosecretario Leonardo Amerise, estableció que Casal Gatto habría incurrido en los delitos de “incumplimiento de la obligación de promover la represión, incumplimiento de los deberes de funcionario público, sustracción de medios de prueba, falsedad ideológica de documento público y encubrimiento agravado por ser funcionario público”.

Estos hechos tendrían a la fiscal en calidad de coautora, tal como lo había definido la jueza Alicia Vence, quien subroga el Juzgado Federal N°3 de Morón.

Junto a la ex funcionaria del Ministerio Público, ahora suspendida, fue procesado el policía Fernando Nicolás Cardozo, quien se desempeñaba como oficial del Comando de La Matanza Centro de la Policía Bonaerense. La Cámara, además, les confirmó el embargo de dos millones de pesos que había sido impuesto a ambos.

El hecho por el que se la acusa se originó la noche del 21 de noviembre de 2022, en la zona de Ciudad Evita, cuando Guimil fue detenido por dos policías que lograron trasladarlo a una comisaría, pese a las amenazas y el riesgo que corrieron al hacerlo.

Sin embargo, en la dependencia policial se presentó Casal Gatto y ordenó liberarlo. La fiscal se retiró de la comisaría luego de veinte minutos. Luego, Guimil y un hombre señalado como su ladero, Rodrigo Lazarte, se retiraron en el mismo autos en el que habían sido detenidos, escoltados por, aproximadamente,18 vehículos.

En febrero pasado, la fiscal, hoy suspendida, declaró y se defendió de la grave acusación. En medio de su indagatoria, reconoció haber estado en la comisaría ese día e, incluso, haber ordenado su liberación, tras el incidente con las agentes.

Por su parte, Cardozo responsabilizó a Casal Gatto, al asegurar que actuó bajo sus órdenes. Además, alegó que no pidió refuerzos para evitar la fuga de un sospechoso debido a que no era su responsabilidad.

Según detallaron, el narco “se movía a bordo de autos de alta gama, intimidando a vecinos, con violencia, armas de fuego y atacando a los dealers de otras bandas. Incluso, se permitía pasar semáforos en rojo a gran velocidad sin que nadie lo detuviera. Siempre estaba acompañado por custodios fuertemente armados”.

Además de la causa federal en su contra, Casal Gatto enfrenta dos pedidos de jury, uno impulsado por el procurador Julio Conte Grand, a raíz de estas acusaciones y, otro, de la Secretaría de Enjuiciamiento de la Legislatura por amenazas y golpes a menores de edad.