Con 159 a favor, 85 en contra y 5 abstenciones, el oficialismo pudo ratificar el veto de Javier Milei en una sesión clave para el Gobierno previo al tratamiento del Presupuesto 2025.
La aspiración opositora era que la influencia de las universidades en las provincias termine por promover nuevos acompañamientos o bien que provoque ausencias.
Sin embargo, esa estrategia fue aplicada por Casa Rosada: sumó respaldos a último momento desde Santa Cruz, más abstenciones desde Misiones y faltazos de diputados que iban a votar contra el veto en Córdoba y Catamarca (en este último caso, de Unión por la Patria).
Así se llegó al número de 85 a favor de la medida de Javier Milei y 159 en apoyo al financiamiento universitario.
En sus intervenciones, La Libertad Avanza repitió argumentos contra “una partidización que hiere la calidad educativa” (Mercedes Llano), “estudiantes universitarios crónicos” (José Luis Espert) y que “la oposición no quiere perder sus privilegios y sus cajas” (Juliana Santillán).
El PRO intentó matizar las críticas hacia la administración universitaria (no así contra la gestión peronista) y dijo defender la gobernabilidad de Javier Milei (“estamos hablando del mensaje que este recinto va a dar a los mercados internacionales”, planteó Alejandro Finocchiaro).
Desde el bloque amarillo, se señalan como el sector racional dentro del tándem legislativo y, más temprano que tarde, se cobrarán estas urgencias en las que auxilian al Gobierno.
Dentro del PRO se adjudican los dos incrementos que anunció Casa Rosada, que diputados que rechazaron el veto también mencionaron: entendieron que los anuncios representaron el reconocimiento del deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores universitarios y que existían fondos para recomponerlos.