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De Ramos Mejía al mundo: el cine independiente de Emanuel Vázquez Santana

Cámara en mano y una sensibilidad social propia de haber crecido en el distrito matancero, Emanuel “Manu” Vázquez Santana, un joven director de cine independiente recorre su camino y proyecta sus próximos pasos desde el oeste del conurbano. “Si no hubiera vivido en La Matanza, tal vez no hubiera contado estas historias”.


Por Giuliana Caivano

Vecino de Ramos Mejía, Manu, de 37 años, logró que sus cortometrajes llegaran a festivales internacionales y recibieran premios.

Hoy en día, se encuentra en plena postproducción de su primer largometraje, rodado en buena parte en los lugares donde creció.

Desde Almafuerte Noticias conversamos con él sobre su recorrido, sus obras y la mirada social que atraviesa sus producciones. 

RECORRIDO

El primer cortometraje de Manu, Seguí mirando, aborda la temática de violencia de género desde una perspectiva comprometida.

“Nos juntamos con muchas mujeres para escuchar sus experiencias y el equipo técnico fue formado por un 80% de mujeres. No solo por la temática, sino porque en el ámbito audiovisual en Argentina había poco lugar para ellas”, contó.

El corto fue seleccionado en más de 40 festivales y ganó el Gold Remi Award en el Festival de Cine de Houston, además de ser proyectado en el Festival de Derechos Humanos de Barcelona.

Su segunda obra, Una monedita, está inspirada en dos jóvenes que limpiaban vidrios en los semáforos de Ramos Mejía.

“No cuento su historia real, pero sí el modo en el que día a día pasan como si fueran invisibles para muchas personas”, explicó.

Ese segundo trabajo del cineasta matancero, fue seleccionado en el Tampere Film Festival de Finlandia (festival calificador a los Oscar y los BAFTA), y recibió el Premio del Público en el prestigioso Festival Internacional de Cine de Huesca, en España.

LA MATANZA COMO ESCENARIO Y MOTOR

“Si no hubiera vivido en La Matanza, tal vez no hubiera contado estas historias”, expresó el cineasta local.

Así, en todos sus proyectos hay escenas rodadas en el distrito: Ramos Mejía, San Justo y otras locaciones del oeste se repiten como escenario e inspiración.

Más allá de lo visual, su identidad matancera atraviesa sus relatos. “Me interesa el drama social. Hacer visible lo que para muchos pasa desapercibido”.

En esa línea, apuntó a revalorizar el cine autóctono y criticó su falta de difusión en los barrios.

“Hay buen cine, pero muchas veces no llega a cartelera o queda limitado a Capital. Necesitamos que las películas lleguen a más lugares”, sostuvo.

En relación al desfinanciamiento de políticas culturales, aseguró: “Cerrar el INCAA no es la solución. Lo que hay que hacer es hacerlo funcionar bien. Invertir en cine es también generar trabajo”.

Asimismo, al consultarle qué consejo les daría a los jóvenes que sueñan con hacer cine señaló: “Lo importante es empezar, filmar con lo que uno tiene a mano y rodearse de gente con la que se sienta cómodo. El secreto del cine está en el equipo”.

“Lo esencial es contar algo que importe”, concluyó Manu, quien se basó en historias que surgieron en la calle y en el corazón del conurbano.

Emanuel Vázquez Santana demuestra que el cine también se construye desde los márgenes, con sensibilidad y compromiso.

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